viernes, 15 de julio de 2011

DIOSA ATENEA

 Atenea era ya una diosa en el Egeo antes de la llegada de los griegos. Su nombre deriva de una capa lingüística prehelénica anterior a los micenos y su nombre auténtico se ha perdido. Atenea está asociada con Atenas, un nombre plural dado que era el lugar donde presidía su hermandad, las Athenai, en tiempos anteriores.

En el partenón olímpico, Atenea fue rehecha como la hermana favorita de Zeus, nacida de su cabeza, la culminación de su ascendencia olímpica sobre la Gran Diosa matriarcal de la cultura anterior. Existen varias versiones de su nacimiento. En una, Zeus yació con Metis, la diosa del pensamiento astuto, pero temió inmediatamente las consecuencias. Había sido profetizado que Metis alumbraría hijos más poderosos que el propio Zeus. Para impedir tan graves consecuencias, Zeus transformó a Metis en un mosca y se la tragó inmediatamente después de yacer con ella. Pero fue demasiado tarde: Metis ya había concebido un hijo, e inmediatamente empezó a fabrica un casco y una túnica para su hija nonata. El martilleo que provocaba mientras hacía el casco causó a Zeus mucho dolor y Prometeo, Hefestos, Hermes o Palemón (según la fuente consultada) partió en dos la cabeza de Zeus con un hacha minoica de doble hoja (labrys). Atenea saltó de la cabeza de Zeus, adulta y armada, y Zeus no quedó peor tras esta experiencia. Según Homero, Atenea sigue en jerarquía a Zeus, de quien fue hija predilecta.

Atenea era la protectora del arte de tejer y otras manualidades, la sabiduría y la batalla. A diferencia de Ares, que era muy temperamental y poco fiable en la batalla, el domino de Atenea era la estrategia y las tácticas. Habiéndose puesto del lado de los griegos en la guerra contra Troya, Atenea ayudó al astuto Odiseo en su viaje a casa.



SUS GUERRAS:
Palas Atenea es la diosa de los guerreros victoriosos y lo es porque en su nacimiento aparece armada y dispuesta para su misión. Pero, además, ese suceso partenogenético, sin madre ninguna, ya proclama su futura condición virginal. Atenea sale directamente del cráneo paterno y no necesita ningún seno materno que la cobije durante la gestación. Tal vez por eso, Atenea no conozca varón ni lo necesite. Es una mujer de una sola pieza, sin fisuras ni ataduras familiares; por eso no es nada raro que se la vea como una divinidad exclusivamente diseñada para la victoria de los suyos, de los hijos de la Hélade. Con el paso del tiempo, Atenea se va dulcificando y toma un papel más maternal para con sus fieles, ya que pasa de ser una mujer de acción a una matrona tutelar, hasta que se convierte en la diosa guardiana del Estado y de los hogares atenienses, primero, y de todo el área griega después. Con el cambio sufrido, Atenea ya no es la brava diosa que acompaña las expediciones armadas de conquista o de castigo; con el paso del tiempo, la diosa no sale más al combate, sino que se mantiene permanentemente en guardia contra los enemigos que pueden venir de fuera. La ciudad, sinónimo del Estado nuclear griego, es su ámbito natural y a ella se dedica su reinado. Con la ciudad también se engloban, mucho más adelante, los que viven y trabajan dentro de sus límites y así la guerrera Atenea pasa a preocuparse por la suerte de los artesanos y termina atendiendo a los agricultores que alimentan a sus protegidos ciudadanos.


Atenea, librada del ataque, mató a la distraída Palas sin darse tampoco cuenta de lo que estaba sucediendo delante de sus ojos. En otras versiones del mito se relata que la diosa Atenea nació en Libia, a la orilla del lago Tritón (o Tritonis) y fue recogida por tres ninfas quienes se encargaron de su cuidado y educación. Durante uno de los juegos de guerra en los que se entretenía Atenea, como preludio infantil de su vocación de guerrera, con su inseparable compañera Palas, perdió el control de su lanza, y ésta alcanzó mortalmente a la otra niña. Atenea quedó horrorizada por lo ocurrido y en su escudo, que ya nunca más serviría de juguete, escribió el nombre de Palas e hizo que ya, para siempre, el nombre de la perdida amiga fuera precediendo al suyo propio Palas Atenea.








Atenea llegó a ser, básicamente, la protectora  de la civilización y por  ello, diosa de la paz, de la salud y de las curaciones  y también de la guerra. Inicialmente, Atenea era  una diosa eminentemente  combativa que llegó a  enfrentarse y derrotar  en todas las ocasiones a 
Ares, el brutal dios de la  guerra y la violencia, del  que se diferenciaba por  el rechazo de cualquier 
desmesura e, incluso en  los momentos de ira,  nunca cederá a impulsos  salvajes y desordenados.



Atenea representa el modo  de luchar con sabiduría  e ingenio. Dicho de otro modo, a Atenea no le 
gusta la violencia de la  guerra; pero no desdeña la  lucha y prefiere defender  las leyes y la justicia por  procedimientos racionales,  pacíficos, aunque sin  excluir el recurso a  la fuerza racional y  controlada. Por eso, Atenea  marchaba al frente de los  ejércitos y bendecía a los  guerreros, acogiendo bajo 
su protección a los héroes  
como Perseo, Heracles,  Odiseo, Aquiles, Menelao, 

Diomedes y Agamenón. Pero Atenea también  ejerce su influencia  en la ciudad -a la que  protege sus partes más  elevadas en las que  reside- y en el hogar  -como diosa doméstica y  civilizadora- pues enseña  a los hombres a domar las  fuerzas salvajes, inspira  todas las técnicas, las 
artes, la literatura y la  filosofía. A ella se debe  el uso del arado y del  telar o la obtención del 
aceite, y, en un plano  más guerrero, a ella se  debe la doma del caballo,  el carro de guerra, la 
trompeta militar e incluso  el “Argos” la  nave de los argonautas. Esta versión del  nacimiento de Atenea  recoge variantes diversas  y diferentes detalles que  no se excluyen. Hay otras  varias versiones sobre el  nacimiento de Atenea,  según quien lo cuente  y cuándo se compuso el 
relato.





ÁMBITOS EN LOS QUE ERA VENERA:

Era venerada en toda 
Grecia, pero, en especial, 
en el Ática porque la había  
adquirido ofreciendo a  
Zeus un olivo por ella,  
derrotando en esta  
competencia a Poseidón  
quien había ofrecido un 


caballo.



FIESTAS:
Cada cuatro años se 
 celebraban las “Panateneas”  
en honor de Atenea Polías.



EN ROMA:


Los romanos la identificaron 
con la Minerva etrusca.

 Investigación realizada por las estudiantes del grado 11- B

Nombres:
Duque Erika
Ortiz Jimenez Vanessa
Ramirez  Valencia Jennifer
Romero Perdomo Tatiana 


jueves, 23 de junio de 2011






 AFRODITA
(LA DIOSA DEL AMOR)



Afrodita (en griego antiguo Ἀφροδίτη) es, en la mitología griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico, sino específicamente Eros (atracción física o sexual). Su equivalente romana es la diosa Venus.



La “surgida de la espuma “Afrodita nació de la espuma del mar cerca de Páfos (Chipre) después de que Crono cortase durante la Titano maquia los genitales a Urano con una hoz adamantina y los arrojase tras él al mar. En su Teogonía, Hesíodo cuenta que los genitales «fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella» ya adulta. Este mito de Venus (el nombre romano de Afrodita) nacida adulta, Venus Anadiómena (‘Venus saliendo del mar’), fue una de las representaciones icónicas de Afrodita, famosa por la admiradísima pintura de Apeles, hoy perdida, pero descrita por Plinio el Viejo en su Naturalis Historia. Por esto, Afrodita es de una generación anterior a la de Zeus. Homero cuenta en el libro V de la Ilíada otra versión sobre su origen, según la cual sería hija de Dione, quien era la diosa oracular original («Dione» significa simplemente ‘diosa’, forma femenina de Δíος, ‘diosa’, el genitivo de «Zeus») en Dódona. Según Homero, Afrodita, aventurándose en batalla para proteger a su hijo Eneas, es herida por Homero y vuelve con su madre, postrándose de rodillas para ser reconfortada. «Dione» parece ser equivalente a Gea, la Madre Tierra, a quien Homero trasladó al Olimpo y alude a un hipotético panteón protoindoeuropeo original, con dios jefe (Di-) representado por el cielo y el rayo y la diosa jefa (forma femenina de Di-) representada como la tierra o el suelo fértil. La propia Afrodita fue llamada a veces «Dione». Una vez que el culto a Zeus hubo usurpado el oráculo-robledo de Dódona, algunos poetas lo tuvieron por padre de Afrodita.

El principal centro de adoración a Afrodita permaneció en Pafos, al suroeste de la costa de Chipre, donde la diosa del deseo había sido adorada desde mucho tiempo atrás como Ishtar y Astarté. Se dice que desembarcó tentativamente primero en Citera, un lugar de parada para el comercio y la cultura entre Creta y el Peloponeso. Así quizás tengamos pistas del camino del culto original a Afrodita desde el Levante hasta el continente griego.

Algunos autores consideran que Afrodita era hija de Talasa, la personificación femenina del mar, y Zeus.

Orígenes


Afrodita tiene numerosas equivalentes: Inanna en la mitología sumeria, Astarté en la fenicia, Turan en la etrusca y Venus en la romana. Tiene paralelismos con diosas indoeuropeas de la aurora, tales como Ushás o Aurora. Según Pausanias, los primeros que establecieron su culto fueron los asirios, y tras ellos los pafosianos de Chipre y los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes enseñaron su culto a los habitantes de Citera. Se decía que Afrodita podía hacer que cualquier hombre se enamorase de ella con solo poner sus ojos en él.

Vida adulta

Afrodita no tuvo infancia: en todas las imágenes y referencias nació adulta, núbil e infinitamente deseable. En muchos de los mitos menores tardíos en los que participa se la presenta vanidosa, malhumorada y susceptible. Aunque es uno de los pocos dioses del panteón griego realmente casados, le es infiel a su marido con frecuencia. Hefesto es una de las deidades helénicas más ecuánimes; en el relato recogido en la Odisea Afrodita parece preferir a Ares, el voluble dios de la guerra. Es uno de los pocos personajes que desempeñó un papel importante en la causa original de la propia Guerra de Troya: no sólo ofreció a Helena de Esparta a Paris, sino que el rapto se llevó a cabo cuando éste, al ver a Helena por primera vez, se vio abrumado por el deseo de poseerla, lo que corresponde a la esfera de Afrodita.


realizado por : estefania herrera
                          yuliana marin
                           lilian moreno 
grado: 11ºB


martes, 21 de junio de 2011






















Historia de Cupido
Cupido es el más famoso de los símbolos de San Valentín; todos conocen al niño que anda flechando corazones. Es ilustrado como un niño alado y armado con arco y flechas. Las flechas significan deseos, emociones y amor, y Cupido dispara esas flechas a dioses y humanos, provocando que se enamoren profundamente.

Cupido siempre ha tenido un papel importante en las celebraciones del amor. En la antigua Grecia, era conocido como Eros, el joven hijo de Afrodita, la diosa del amor y la belleza. Para los romanos, él era Cupido, y su madre era Venus.
Existe una historia muy interesante acerca de Cupido y su novia mortal Psique en la mitología romana. Venus estaba celosa del la belleza de Psique, y ordenó a Cupido castigarla. Pero en vez de ello, Cupido se enamoró profundamente de ella. La tomó como esposa, pero como mortal, ella tenía prohibido verlo.
Psique era feliz hasta que sus hermanas la convencieron de ver a Cupido. Tan pronto como ella lo vió, Cupido la castigó abandonándola. Su castillo y sus jardines desaparecieron tambien. Psique se encontró sola en un campo abierto sin señales de nadie más, ni de Cupido. Desesperada buscando a su amor, fue hasta el templo de Venus. Deseosa de destruirla, la diosa del amor le dió una serie de condiciones, cada una más dificil y peligrosa que la anterior.
Como última instrucción, le había dado una pequeña caja, y le había dicho que la llevara al mundo submarino. Tenía que llevar un poco de belleza a Proserpina, la esposa de Plutón, y la misma había sido puesta en la caja. Durante su viaje, le fueron dados consejos para burlar los peligros. Psique estaba advertida de que no debía abrirla, pero la tentación la venció y abrió la caja. Y en lugar de encontrar belleza, encontró un profundo sueño que parecía la muerte.
Cupido encontró a su esposa en el suelo. Retiró el sueño mortal de su cuerpo y lo puso de nuevo en la caja. Cupido la perdonó, al igual que Venus. Los dioses, conmovidos por  el amor de Psique hacia Cupido, la convirtieron en una diosa.

Hoy en día, Cupido y sus flechas se han convertido en el más popular de los símbolos del amor, y el amor es frecuentemente simbolizado como dos corazones atravezados con una flecha: la flecha de Cupido.

La verdadera historia de Cupido
El travieso niño que flecha los corazones no quedó inmune a sus propios hechizos. Cupido se enamoró de una humana y, luego de superar los obstáculos impuestos por los dioses, se le concedió la gracia del amor eterno.


Historia de Cupido

Cupido es uno de los símbolos de San Valentín, se le conoce como un niño alado y armado con arco y flechas que son disparadas a dioses y humanos, provocando que se enamoren profundamente. En ocasiones lleva tambien los ojos vendados, para mostrar que el amor es ciego.
Su propia historia de amor aparece narrado en su forma más completa en la novela latina "El asno de oro" o "Las Metamorfosis" de Apuleyo (s. II d.C.).
 En la antigua Grecia cúpido era conocido como Eros, el hijo joven de Afrodita la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Para los romanos cupido es el dios del amor hijo de Venus y de Marte, dios de la guerra.
Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos.
A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia.
Consciente del poder que tenia, a veces rechazaba las peticiones de su madre y los demás dioses de interferir en el curso de la vida de algunos mortales asi que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Un día se enfadó con Apolo cuando éste bromeo sobre sus habilidades como arquero, asi que Cupido hizo que Apolo se enamorara de la ninfa Dafne y a ella le disparó una flecha con punta de plomo. Dafne rezó al dios río Peneo pidiendo ayuda y fue transformada en un árbol de laurel, que se consagró a Apolo.
Asi entre reveldía y travesuras, cúpido cumplía con su cometido, al paso del tiempo Venus comenzó a preocuparse porque su hijo no crecía, asi que en busca de una respuesta se dirigió al Oráculo de Temis, quien le dijo: "El amor no puede crecer sin pasión".Venus no comprendio la respuesta hasta que nacio su hijo Anteros, dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecia y se transformaba en un hermoso jóven, pero cuando se separaban, volvia a ser un niño.
 Por otro lado en la Tierra de los mortales vivía una princesa llamada Psique (Alma), que a pesar de ser tan bella no lograba encontrar marido pues los hombres que la idolatraban no se sentían dignos de ella.
Su padre intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para Psique, pero éste predijo que ella encontraría el amor en un precipicio. El marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y poderosa, llegaría hasta ella y la haría su esposa.
Venus celosa por la gran belleza de Psique le pidió a Cupido que la hiciera enamorarse locamente del hombre más feo, vil y despreciable del mundo. Enterada de que se encontraba en el borde del abismo, envió a su hijo a dispararle sus flechas pero este al verla, se enamoró profundamente de ella y creció hasta convertirse en un apuesto joven.
Contra los deseos de Venus, Cupido llevó a Psique por arte de magia a un castillo aislado y se casó con ella, tenendo la condición de que como simple mortal, tenía prohibido mirarlo.
La princesa al sentirlo cerca y escuchar su dulce voz no sintió temor, estaba segura que no era un monstruo, sino el amante esposo que tanto tiempo había deseado. Él la visitaba todas las noches rogándole simpre que no viera su rostro.
Eran muy felices hasta que convencida por sus enviodiosas hermanas, Psique rompió la prohibición impuesta por los dioses y miró a su marido.
 Eso le valió el castigo de ser abandonada por Cupido, quien con tristeza se despidió diciéndole: "El Amor no puede vivir sin confianza". Expulsada del castillo, la arrepentida princesa recorrió el mundo en busca de su amado, superando una serie de desafíos cada vez más difíles y peligrosos impuestos por Venus.
Como última instrucción le dió una pequeña caja indicándole que la llevara al inframundo. Tenía que llevar un poco de belleza a Proserpina la esposa de Plutón. Se le advirtió también que por ningún motivo debia abrir la caja.
Psique se alistó para el viaje y durante el se enfrentó a varios peligros que fueron superados gracias a los consejos dados, sin embargo la curiosidad por abrir la caja la venció asi que lo hizo y al momento cayó en un profundo sueño que parecía la muerte.
Cupido al encontrarla, le retiró el sueño mortal de su cuerpo y lo puso de nuevo en la caja. Finalmente la perdonó al igual que Venus.
Fue tanto lo que ella luchó que finalmente los dioses conmovidos por el amor de Psique hacia Cupido, la convirtieron en una diosa para que pudiera reunirse con su amado.
 Felízmente Cupido y Psique: El Amor y el Alma, se unieron tras duras pruebas. De esta unión nació una hija llamada Voluptas cuyo nombre significa "Placer", de donde derivan palabras como voluptuosidad.
A partir de la historia de estos dos personajes el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.


 











alejandra garcía 11b
jenifer castaño






lunes, 20 de junio de 2011


Demèter











Hija de Cronos y Rea. Pertenece a la segunda generación divina. Es la diosa de la agricultura.
Mientras Rea es considerada la madre universal, Deméter es la madre  y nutricia proporciona los cereales, con los que se alimentan los humanos. 
           
gracias a esto, los hombres tienen la oportunidad de evolucionar de un estado salvaje a la civilización. Por esta razón, Deméter ocupa un lugar privilegiado en la religión griega.
Su personalidad es muy distinta a Ges que es la tierra en su matiz cosmogónico, mientras de Deméter es la tierra cultivada.
Deméter es hermana (y esposa ocasional) de Zeus. Es evidentemente una diosamadre, ya que -meter en griego significa ‘madre’, pero se discute madre de qué, esto es, qué significa el Da- inicial.
Los antiguos creían que da- era una variante de ga-, por lo que significaría la “madre tierra”, pero parece más bien una etimología popular (1) .
Aunque se encuentra dentro del panteón olímpico, da la impresión de hallarse en él un poco de prestado, más enraizada en cultos populares y agrarios. No aparece mencionada en las tablillas micénicas, y Homero apenas la menciona.
Durante su juventud tuvo a Perséfone y a Yaco con su hermano Zeus. Su mito está íntimamente ligado con el de su hija, ambas constituyen una pareja a las que se denominaba “las diosas”. El mito de Perséfone es revelado en una de las fiestas mas famosas de Grecia: los misterios de Eleusis.
La leyenda comienza con Perséfone recogiendo flores en una pradera de Enna de Sicilia,aunque el himno de Homero dedicado a Deméter habla de forma imprecisa de la llanura de Misa, aunque otras tradiciones sitúan el hecho en Eleusis junto al Cefiso o en Arcadia, al pie del monte Cileno. Ella crecía feliz junto a las otras hijas de Zeus, Atenea y artemisa. De repente, cuando cortaba un narciso, la tierra se abre a sus pies y surge Hades, que rapta a la joven.
Perséfone grita pidiendo auxilio a su madre, Deméter al oírla acude en su ayuda, al no encontrarla, comienza para ella un largo peregrinaje en pos de la muchacha. Durante nueve días y nueve noches recorre el mundo, sin comer, beber, errante con una antorcha en cada mano buscando a su hija.







diosa madre’ o quizás ‘madre distribuidora’, es la diosa griega de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada. Se la venera como la «portadora de las estaciones» en un himno homèrico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la llegada de los olìmpicos . El himno homérico a Deméter ha sido datado sobre el siglo VII a. C. Junto a su hija persèfone eran los personajes centrales de los misterios eleusinos  que también precedieron al panteón olímpico.




Deméter enseñó a la humanidad las artes de la agricultura: sembrar semillas, arar, recolectar, etcétera. Era especialmente popular entre las gentes del campo, en parte porque eran los beneficiarios más directos de su ayuda, y en parte porque eran más conservadores a la hora de mantener las viejas costumbres. De hecho Deméter era fundamental en la antigua religión de Grecia. Reliquias propias de su culto, como cerdos votivos de arcilla, se fabricaban ya en el neolìtico. En la época romana, aún se sacrificaba una marrana a Ceres cuando había una muerte en la familia, para purificar la casa.

Relación de Deméter con Perséfone




El mito fundamental de Deméter, que constituye el corazón de los misterios eleusinos, es su relación con Persèfone, su hija y ella misma de joven. En el panteón olímpico, Perséfone fue consorte de Hades (Pluton  para los romanos, dios de la riqueza del inframundo). Perséfone se convirtió en diosa del inframundo cuando Hades la secuestró en la tierra y le llevó con él. Perséfone había estado jugando con algunas ninfas (o leucipe) a quienes Deméter convirtió en sirenas como castigo por no haber intervenido. La vida se paralizó mientras la deprimida Deméter (diosa de la tierra) buscaba a su hija perdida (descansando en la piedra Agelasta). Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para rescatarla. Pero antes de liberarla, Hades le engañó para que comiese seis semillas de granada, lo que le obligaba a volver seis meses cada año. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía al inframundo, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril.
Estos seis meses son los de verano, pues en Grecia es cuando toda la vegetación muere por el calor y la falta de lluvia. Por el contrario, el invierno traía abundantes lluvias y temperaturas suaves, floreciendo la vida vegetal. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hècate rescató a Perséfone. En otras versiones Perséfone no era engañada para comer las semillas de granada sino que decidía comerlas por sí mismas. Algunas versiones afirman que comió cuatro semillas en lugar de seis. En cualquier caso, el resultado final es la ocurrencia del verano, la primavera, el otoño y el invierno.



Estancia de Deméter en Eleusis




Mientras Deméter buscaba a su hija Perséfone, habiendo tomado la forma de una mujer anciana llamada Doso, recibió la hospitalaria bienvenida de cèleo, el rey de eleusis en Àtica (y también deFìtalo). Céleo le pidió que cuidase de demofonte y triptòmelo, los hijos que había tenido con metanira
Como regalo a Céleo por su hospitalidad, Deméter planeó convertir a Demofonte en un dios, cubriéndolo y ungiéndolo con ambrosìa, respirando suavemente sobre él mientras le sostenía entre sus brazos y su pecho, y haciéndole inmortal quemándolo sobre carbones al rojo vivo en la chimenea del hogar familiar cada noche, a espaldas de sus padres.
Deméter no pudo completar el ritual porque Metanira sorprendió una noche a su hijo en el fuego y chilló asustada, lo que enfureció a Deméter, quien lamentó que los estúpidos mortales no entendiesen el concepto y el ritual.
En lugar de hacer inmortal a Demofonte, Deméter decidió enseñar a Triptólemo el arte de la agricultura y, a través de él, el resto de Grecia aprendió a plantar y segar cultivos. Triptólemo cruzó el país volando en un carro alado mientras Deméter y Perséfone cuidaban de él, ayudándole a completar su misión de educar a Grecia entera en el arte de la agricultura.
Más tarde, Triptólemo enseñó a Linco, rey de Escitia, las artes de la agricultura, pero éste rehusó enseñarlas a sus súbditos, y trató de matar a Triptólemo. Deméter le transformó en un lince.
Algunos investigadores creen que la historia de Demofonte está basada en una leyenda popular prototípica anterior.


Mito de Demèter


Démeter era la diosa de la cosecha, la diosa de la espiga madura del trigo. Era hija de Kronos y de Rea, al igual que Zeus, Poseidón y Hades. Su hermano, Zeus, el dios que, tras el asesinato del padre, se convirtió en el ser más poderoso del universo, tomando el puesto de rey de los dioses, la pretendía, a pesar de la relación filial.


Al ser rechazado por la diosa, Zeus acudió a uno de sus viejos trucos de conquista: se metamorfoseó en un enorme y bello toro blanco. El toro es, para la mitología griega, el símbolo viril de la ley masculina. Está directamente relacionado con la muerte del padre, porque todo toro termina muerto de forma ritual. Convertido en el semental rumiante, Zeus violó a Démeter, dejándola embarazada con su simiente. De esta unión nació Koré, la niña más inocente.
Esta historia también se repite con su otro hermano, Poseidón, el rey de los mares y los océanos. Démeter, para eludirlo se convirtió en una yegua y se puso a pastar en los pastizales de un rey, cerca de las caballerizas. Pero un majestuoso caballo entró de improviso y la sedujo. Así Poseidón logró poseerla, de esa unión nacieron los caballos más famosos y rápidos, los que tiraron del carro que llevaba al dios tracio Ares, el dios de la guerra y el sinsentido.
Koré, junto con otras doncellas vírgenes camina entre lirios y narcisos en un bello jardín. Mientras la niña observaba los narcisos, Hades, el dios de los infiernos, llegó allí y la raptó violentamente. En ese momento la inocente niña conoció el dolor y el horror, dejó de ser Koré, era Perséphone, la que dice el horror.
El dolor de su pérdida endureció el corazón de Démeter, se convirtió en una terrible castigadora. Ericsistión era un leñador, fue encontrado por Démeter cometiendo un crimen: talaba árboles para la venta n un bosque sagrado dedicado a la diosa. El terrible castigo consistía en no poder saciar el apetito, a tal punto que Ericsistión se termina devorando a sí mismo. Démeter le quita el alimento, el efecto del don de la diosa.
Ya no soportando su dolor, vaga por el mundo convertida en una anciana con un bastón. Hécate, apiadándose de ella le dice que Helios, el dios sol, debe saber como encontrar a Perséphone, ya que el sol lo ilumina todo.
En la ciudad de Eulesis, mientras buscaba a Helios, Démeter es encontrada junto a un pozo seco por unas niñas, las hijas del rey. Logran hacerla sonreír, y le devuelven la felicidad y la fe al rostro. Démeter se convierte en nodriza del hijo del rey. Allí se enamoró de Yasión y engendraron a Pluto, el dios de la riqueza. En Eulesis, hoy en día hay templos subterráneos muy raros donde se encuentran pruebas de un antiquísimo culto misterioso dedicado a la diosa.
En un momento se encuentra con Eumolpo, quien le dice que él vio a Hades raptar a su hija, la diosa como agradecimiento le da la custodia de la inmortalidad. También Triptoloméo la reconoce como la diosa y le confía el secreto que él sabía: que Perséphone se encontraba en los infiernos de Hades. La diosa, le concede, entonces, los conocimientos para hacer crecer la espiga, los conocimientos de la agricultura.
Finalmente, conociendo el lugar donde se encontraba su hija, la diosa de la cosecha enfrentó a sus tres hermanos, los dioses más poderosos del Olimpo, con el apoyo de Hermes, el dios mensajero, que la llevó hasta ellos. Enfrentó a Zeus y lo amenazó con algo que ninguno de los tres habían previsto. La diosa dijo entonces que si no se le devolvía a su hija, secaría la tierra. Privaría al mundo de la fertilidad del suelo.
Hades, temiendo perder a su amada, pero temiendo la repercusión de la amenaza de su hermana, realizó un acto muy vil: le dio a Perséphone de comer unos granos de granada. Lo que ella no sabía era que era ley en el mundo de los muertos que nadie que hubiera comido de los frutos que allí crecían volvería a salir al mundo exterior.
Zeus, atemorizado por el poder que su hermana demostraba, vengándose de tantas maldades que el trío le había causado, obliga a Hades a negociar. La negociación termina en que Perséphone vivirá durante 6 meses con su marido en el infierno, y 6 meses en los maizales con su madre. Así, durante medio año la tierra fértil da frutos y granos, y durante otros 6, el suelo está inútil para el hombre.








Realizado Por : Sandra Herrera
                               Katherine Loaiza
                         Daniela Lopez
                             Tatiana Mamian

Grado: 11-a

viernes, 17 de junio de 2011

ZEUS...

´´Dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Zeus (llamado Júpiter por los romanos) corresponde al dios romano Júpiter. Según Homero, se consideraba a Zeus padre de los dioses y de los mortales. No fue el creador de los dioses y de los hombres; símplemente fue padre en el sentido de protector y soberano tanto de la familia olímpica como de la raza humana``.

Zeus era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las divinidades Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera.


De acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, donde se alimentó con la leche de la cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas.


Tras hacerse adulto, Zeus obligó a Crono a regurgitar a sus otros hijos en orden inverso al que los había tragado: primero la piedra, que se le dejó a Pitón bajo las cañadas del Parnaso como señal a los hombres mortales, el Ónfalos, y después al resto. En algunas versiones, Metis le dio a Crono un emético para obligarle a vomitar los bebés, y en otras Zeus abrió el estómago de Crono. Entonces Zeus liberó a los hermanos de Crono, los Gigantes, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro y mató a su guardiana, Campe. En agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo o el relámpago, que habían sido previamente escondidos por Gea.


En la Titanomaquia (la guerra de los titanes contra los olímpicos), Zeus y sus hermanos y hermanas junto con los Gigantes, Hecatónquiros y Cíclopes, lucharon y destronaron a Cronos y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártaro, un lugar húmedo, lúgubre, frío y neblinoso en lo más profundo de la Tierra. Irónicamente, Zeus también encarceló allí también a los Hecatónquiros y los Cíclopes.


Tras la batalla con los Titanes, Zeus se repartió el mundo con sus hermanos mayores, Poseidón y Hades, echándoselo a suertes: Zeus consiguió el cielo y el aire, Poseidón las aguas y Hades el mundo de los muertos (el inframundo). La antigua tierra, Gea, no podía ser reclamada y quedó bajo el dominio de los tres según sus capacidades, lo que explica por qué Poseidón era el dios de los terremotos y Hades reclamaba a los humanos que morían.


Gea estaba resentida por cómo Zeus había tratado a los Titanes, porque eran sus hijos. Poco después de subir al trono como rey de los dioses, Zeus tuvo que luchar con otros hijos de Gea, los monstruos Tifón y Equidna. Zeus derrotó a Tifón atrapándole bajo una montaña, pero dejó a Equidna y a sus hijos con vida como desafío para futuros héroes.




Zeus, en su batalla contra el mounstruo Tifón, al cuál atraparía bajo una montaña.
Zeus era hermano y marido de Hera, con quien tuvo a Hefesto, Ilitía, Hebe y Ares. Zeus es famoso por sus aventuras extramatrimoniales con muchas mujeres mortales —entre las que destacan Sémele, Ío, Europa y Leda— y ninfas, de las que nacieron los fundadores de muchas dinastías helénicas. La mitografía olímpica recoge incluso uniones con las diosas Deméter, Latona, Dione y Maya.


Los mitos muestran a una Hera muy celosa de estas conquistas amorosas, y enemiga sistemática de todas las amantes de Zeus y de los hijos que tenían con él (como lo comprobaría el gran Heracles). Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco tuvo el trabajo de distraer a Hera de estas aventuras hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño, maldijo a Eco a pronunciar sólo las palabras de los demás.




Zeus, el gobernante del Olimpo, tuvo que pelear contra su padre Cronos, obteniendo la victoria después de la guerra de 10 años, con la ayuda de Poseidón y Hades.
Cuando Zeus llegó a la madurez, obligó a Cronos a vomitar a los otros niños, que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro. A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres gobernaron en común la tierra.


En la obra del poeta griego Homero, Zeus aparece representado de dos maneras muy diferentes: como dios de la justicia y la clemencia y como responsable del castigo a la maldad.


Casado con su hermana Hera, es padre de Ares, dios de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud; de Hefesto, dios del fuego, y de Ilitía, diosa del parto. Al mismo tiempo, se describen las aventuras amorosas de Zeus, sin distinción de sexo (Ganimedes), y los recursos de que se sirve para ocultarlas a su mujer.


En la mitología antigua son numerosas sus relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido descendencia. En leyendas posteriores, en las que se introducen otros valores morales, se pretende mostrar a Zeus a salvo de esta imagen libertina y lasciva. Sus amoríos con mortales se explican a veces por el deseo de los antiguos griegos de vanagloriarse de su linaje divino.


En la escultura, se representa a Zeus como una figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de todas fue la colosal estatua de marfil y oro, del escultor Fidias, que se encontraba en Olimpia.













trabajo hecho por:
CARLOS MAURICIO YUSTREZ CERVERA
JHOAN SEBASTIAN VALENCIA RUBIANO
ANDERSEN ARIAS

lunes, 13 de junio de 2011

poseidon

El hijo de CRONOS y hermano de ZEUS, Hades y Demeter Poseidon es el Dios de los mares. Al igual que Zeus que gobernaba sobre los cielos, Hades sobre el lugar de los muertos, Poseidón extiende su Reino sobre los océanos. Su símbolo es el Tridente que equivale a los rayos de Zeus y significa el control sobre los mares.
Poseidón, tomó por esposa a una ninfa del agua Anfitrite y a la cual le solía ser muy infiel, siendo además indiferente a las características físicas de sus amantes. Esta indiferencia, dio lugar a que parte de su descendencia estuviera constituída por criaturas terroríficas y viles.
De esa forma, con la gorgona Medusa, la de cabellera de serpiente y que convertía con su mirada a los hombres en piedra, engendró al gigante Crisar. También fue hijo de Poseidón el cíclope Polifermo que se enfrentó a Odiseo cuando volvía a su hogar luego de haber participado en la Guerra de Troya.
Dos de sus otros hijos OTUS y EFIALTES, encerraron durante trece meses a Ares , dios de la guerra en un tonel de bronce y persiguieron a Artemisa y Hera para raptarlas.
Como los hijos de Poseidón, provocaron la ira de los dioses y de los hombres. Poseidón los enterró bajo tierra, vigilándolos para mantenerlos alejados de los problemas que generalmente provocaban.
Conjuntamente con ser el dios de los mares, Poseidón lo era de los terremotos. Homero en la Iliada se refiere a él como el "Sacudidor de la tierra".
Al comenzar el reinado de los Olímpicos, cada dios seleccionó una región terrestre que se le asignaría específicamente. Como surgieron disputas entre ellos, ya que varios querian reinar sobre la misma zona. Poseidón terminó por obtener el continente de la Atlántida.
Dicho territorio en algún momento , acabó perdiendo gracia, ante sus ojos, motivo por el cual le provocó un terremoto de tal magnitud que la Atlántida se destruyó y desapareció para siempre en las profundidades del Océano.
Junto con sus hermanos Zeus , Hades y su hermana Demeter, diosa de la vegetación, Poseidón era uno de los cuatro dioses etónicos es decir dioses que mandaban sobre las fuerzas de la naturaleza.
Para los griegos, los mares contituían una fuente ilimitada de interrogantes ¿Por qué el mar estaba cubierto de olas? ¿Por qué las aguas de los mares de las cuales provenían parte de sus alimentos y recreación estética se vuelven destructores, inundando las costas y hundiendo las embarcaciones?.
Muchas de éstas preguntas aún nos las hacemos los hombres en estos tiempos y muchas quizás nunca vamos a ser capaces de poder responder.
Lo que si sabemos con certeza es que el océano es caprichoso y violento y actúa a su antojo. Es cruel y violento y ese carácter encaja con la personalidad de Poseidón.
El presente material nos lleva a conocer parte del reinado de Poseidón, e intenta modestamente responder algunas de las interrogantes del océano y desea invitar a todos aquellos que quieren conocerlo, a maravillarse con el fondo de los oceános.


Presentado Por: Angélica Lorena Rodrigues
           Santiago Ríos E.
             Deisy Sanchez T.

Del Grado: 11ºA

DIOS HEFESTO...

HEFESTO...

es el dios del fuego y la forja, así como de los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y la metalurgia. Era adorado en todos los centros industriales y manufactureros de Grecia, especialmente en Atenas. Su equivalente aproximado en la mitología romana era Vulcano.
Hefesto era bastante feo, lisiado y cojo. Incluso se dice que, al nacer, Hera lo vio tan feo que lo tiró del Olimpo. Tanto es así, que caminaba con la ayuda de un palo y en algunas vasijas pintadas sus pies aparecen a veces del revés. En el arte, se le representa cojo, sudoroso, con la barba desaliñada y el pecho descubierto, inclinado sobre su yunque, a menudo trabajando en su fragua. La apariencia física de Hefesto indica arsenicosis, es decir, envenenamiento crónico por arsénico que provoca cojera y cáncer de piel. El arsénico se añadía al bronce para endurecerlo y la mayoría de los herreros de la Edad de Bronce habrían padecido esta enfermedad.
                                               
                                CAIDA Y REGRESO AL OLIMPO...
Hera, mortificada por haber parido tan grotesca descendencia, no tardó en arrojarlo del Olimpo. Hefesto cayó durante nueve días y noches hasta el mar, donde como él mismo cuenta en la Ilíada[3] dos diosas del mar, la nereida Tetis (madre de Aquiles) y la oceánide Eurínome, lo recogieron y lo cuidaron en la isla de Lemnos, donde creció hasta convertirse en un maestro artesano.
Otras versiones afirman que fue su padre Zeus quien lo arrojó a causa de una conspiración de Hera y Hefesto para derrocarlo, y en La Ilíada se narra que fue porque liberó a su madre, que estaba presa con una cadena de oro entre la tierra y el cielo tras una pelea con Zeus. Hefesto habría caído así en la isla de Lemnos, quedando cojo y lisiado.
Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, Hefesto se vengó elaborando uno mágico de diamante que envió como regalo a Hera. Cuando ésta se sentó en él, quedó atrapada, incapaz de levantarse. Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por haber sido expulsado. Intervino entonces Dioniso, quien emborrachó a Hefesto y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto, contrariado por la treta y dueño de la situación, impuso severas condiciones para liberar a Hera, una de las cuales fue contraer matrimonio con Afrodita

                    HEFESTO Y AFRODITA...

En el panteón olímpico, Hefesto estaba formalmente emparejado con Afrodita, a quien nadie podía poseer. Hefesto estaba contentísimo de haberse casado con la diosa de la belleza y forjó para ella hermosa joyería, incluyendo un cinturón que la hacía incluso más irresistible para los hombres.
Sin embargo, Afrodita se entregaba en secreto a Ares, el dios de la guerra, según se narra en la Odisea. Cuando Hefesto tuvo noticia de estos amores por Helios, el sol, que todo lo ve, tejió una red de plata irrompible casi invisible con la que atrapó en la cama a los amantes en uno de sus encuentros. Hesíodo cuenta que el suceso fue motivo de gran algarabía en el Olimpo, pues Hefesto llamó a todos los demás dioses olímpicos para burlarse de ellos; es más, Hermes, el Argifonte, el mensajero de los dioses comentó que no le habría importado sentir tal vergüenza. Hefesto no los liberó hasta que prometieran terminar su romance, pero ambos escaparon tan pronto como levantó la red y no mantuvieron su promesa.
Según algunos autores, su desgraciado matrimonio con Afrodita fue lo que le impulsó a asaltar a Atenea cuando ésta acudió a él por nuevas armas (véase más abajo).
                                    
                                                            
                                                                                 JHOANA OSORIO ...
                                                                          YESICA VALENZUELA... 11A